Inicio de la guerra y la invasión de Polonia:
El 1 de septiembre de 1939, las fuerzas alemanas invadieron Polonia, marcando el comienzo oficial de la Segunda Guerra Mundial. Esta acción provocó una respuesta de Francia y el Reino Unido, quienes declararon la guerra a Alemania en apoyo de Polonia.
Batalla de Francia y la conquista alemana:
En mayo de 1940, las tropas alemanas lanzaron una ofensiva relámpago contra Francia. En un lapso de seis semanas, las fuerzas alemanas lograron derrotar a las defensas francesas y conquistar el país. La caída de Francia fue un golpe devastador para los Aliados y dejó a Gran Bretaña como el último bastión contra la Alemania nazi en Europa occidental.
Batalla de Inglaterra y la victoria aérea británica:
Desde julio hasta octubre de 1940, la Real Fuerza Aérea Británica (RAF) se enfrentó a la Luftwaffe alemana en una feroz batalla aérea sobre los cielos de Inglaterra. A pesar de los intensos bombardeos alemanes, los pilotos británicos lograron repeler los ataques y defender el territorio británico. La resistencia británica en la Batalla de Inglaterra marcó un punto de inflexión crucial en la guerra y demostró que la Alemania nazi no era invencible.
Operación Barbarroja y el frente oriental:
El 22 de junio de 1941, Alemania lanzó la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética. Esta campaña fue la más grande y sangrienta del conflicto, involucrando a millones de soldados en ambos bandos. Aunque las fuerzas alemanas lograron avances iniciales significativos, finalmente se encontraron con una feroz resistencia soviética y fueron obligadas a retroceder, marcando un punto de inflexión en la guerra en el frente oriental.